¿Por qué es importante identificar los polos de imanes ?
En la terapéutica uni-polar (aplicación de un solo polo localizado y en el tratamiento de polarización del agua (es variable de acuerdo al nivel de presión arterial), es de suma importancia tener la identificación correcta de los polos en los imanes.
El polo norte o negativo de un imán señala al Norte de
la Tierra, que corresponde al polo Sur magnético. Dado que un iman se comporta
como una brújula, la cara que señale al punto cardinal norte será el polo norte
del imán.
En los imanes de campo fijo (de hierro y aleaciones
minerales), quien se ocupa de orientar las partículas que lo componen, en una u
otra dirección, es el fabricante. Esta tarea se realiza por inducción, utilizando
una corriente eléctrica, que las dirige en sentidos opuestos. En las
fábricas, se pueden producir imanes con partículas en una de sus caras y en la
otra se puede dejar sin orientación, eso se hace con algunos imanes en el campo
de la industria. También se puede fabricar un imán de barra, en el cual ambos
polos estarán impresos en una misma cara. Y así habría muchas variables que
podemos analizar pero exceden el marco de una nota breve.
El polo norte se caracteriza por la orientación de
partículas en sentido levógiro. Se lo denomina polo negativo porque sus
partículas se dirigen hacia la izquierda.
Sus efectos son sedantes y alivian los dolores
producidos por varios tipos de exceso (de movimiento, de alimentos y otros).
Reduce la inflamación, ayuda a combatir las infecciones y actúa como
relajante con excelente efecto sobre el dolor de origen neural.
Cuando se aplica este polo de los imanes para el
tratamiento de condiciones tales como heridas superficiales, cortes
y hemorragias menores, se puede controlar inmediatamente el sangrado y reduce
los niveles del dolor.
Se percibe una sensación intensamente fría,
cuando acercamos un imán en polo negativo, a una quemadura de tercer
grado y se controla totalmente el dolor. También disminuye la acumulación de
fluidos en el sitio de la lesión.
El polo norte (-) es identificado por convención
internacional con el color rojo, por asociación con el color que fuera elegido
en la antigüedad para identificar el polo norte de una brújula. En algunas fábricas, ha elegido identificarlo
con el color azul o el verde, tomando en cuenta longitud de onda de dichos colores, asociada a
la producción de frío.
Entre los muchos efectos benéficos de las aplicaciones
de imanes, en modalidad unipolar (una sola cara del imán), mencionamos el
control de la acidez por aplicación de un
solo imán en la zona gástrica, con resultados instantáneos. Se
produce una reducción del ion de hidrógeno y un aumento del oxígeno; lo cual
genera una reacción alcalina y el tejido regresa a su normalidad. En el caso de los depósitos de
colesterol sobre las paredes de las venas y arterias, se ha comprobado la
disminución de los mismos, verificado por estudios clínicos posteriores
al tratamiento. También es destacable la acción de un solo imán como
tratamiento para reducir los depósitos de calcio, acumulados alrededor de las
articulaciones artríticas y controla su inflamación. La explicación la
encontramos en los efectos que produce un imán sobre el desplazamiento de
partículas acumuladas en las zonas afectadas.
El cambio de giro de los electrones, iniciado por
aplicación del polo negativo del imán, reduce la proliferación de micro
organismos, ayudando a combatir las infecciones. La corriente eléctrica
generada por los imanes interviene favorablemente en el proceso de recuperación
biológica y atrae a las células blancas y rojas, que serán agentes de la
recuperación del estado de salud.
La corriente generada por el polo negativo de un imán
influye sobre los procesos metabólicos y puede extender el tiempo de vida de
las células, por influencia sobre su potencial de membrana. Esto se verifica al
comprobar el estado juvenil de los tejidos, por el resultado de los análisis
clínicos de las personas que han recibido el tratamiento con imanes. Entre
otros efectos, la presencia del polo norte (-) de imanes en contacto con el
cuerpo, reduce el pulso cardíaco. Existe evidencia que la polaridad negativa de
los imanes puede detener la actividad proteínica y disminuir los fluidos
estancados. Se ha verificado que aumenta la alcalinidad, influye
sobre los iones de potasio y disminuye la concentración de iones de
hidrógeno.
En conclusión, se puede afirmar que por aplicación del
polo norte (-) de un imán, se genera un movimiento de partículas cargadas
(electrolitos), que influye para recuperar el flujo natural de la energía en el
cuerpo. Equilibra el estado alcalino pero nunca supera los niveles
saludables de alcalinización. Oxigena los tejidos pero nunca produce radicales
libres. Tiene un efecto normalizador y se recomienda continuar con tratamiento
de mantenimiento para sostener los maravillosos logros obtenidos.
Graciela Pérez Martínez, Fundadora de la
Escuela Círculo Azul Camet
Azulcamet es el nombre de la BioMagnetoterapia -